Estas últimas semanas en Parada me han devuelto al ambiente de Atención Primaria, que retomaré en primavera, cuando comience el cuarto y último curso del MIR. La consulta de Pediatría, con sus rutinas (los percentiles, la fontanela, la dentición, la leche, las vacunas...), es de las más apropiadas para acercarse al enfoque familiar de nuestra especialidad, a menudo desatendido por falta de tiempo o de motivación. Lo que come, lo que duerme, lo que llora, lo que dice, lo que mira o lo que hace el pequeño paciente, encamina a pensar en cómo ayudarle y, con él, a quienes le cuidan o descuidan. Niños largamente esperados, buscados con ahínco, y otros que llegaron por sorpresa, sin pan debajo del brazo, con la madre como único antecedente en su recién abierta historia clínica. Niños solos y niños excesivamente acompañados. Mocosos y tosedores. Obesos en ciernes y comisques (Sal.) irredentos. Meones y estreñidos. Rubios pelones de anuncio y morenitos rescatados de un dudoso porvenir. Niños de vida naciente, creciente y floreciente, bendición para sus familias y para sus médicos.
jueves, 25 de noviembre de 2010
miércoles, 17 de noviembre de 2010
Epidemia de indiferencia

jueves, 11 de noviembre de 2010
Tierras de nadie

miércoles, 3 de noviembre de 2010
Colin Smith

lunes, 1 de noviembre de 2010
En un solo trazo

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