sábado, 21 de enero de 2012

Unidad en la diversidad

Hace casi tres años compartí lo que fue un feliz hallazgo. Esta mañana, he comenzado a completar el descubrimiento. Si el breve encuentro con el padre Laurentiu aquella mañana dio pie a la invitación para que la parroquia ortodoxa se uniera a la Cofradía de la Vera Cruz en la oración común a la Madre de Dios, nuestra Madre Dolorosa, ahora ha sido con el grupo de Jóvenes Profesionales Católicos con quien he conocido algo más sobre lo que celebran estos hermanos de Rumanía, de la mano del padre Nicodim, tan cercano y hospitalario. Como bien nos ha dicho, esta semana de la unidad ha de ser semana de puertas abiertas, de entrar en casa del otro y de recibir al otro en la propia, de sumar lo que nos une para que vaya restando a lo que nos separa. Y así, adelante, sin buscar atrás conflicto, sino tendiendo puentes para una pronta reunión, para comer el mismo pan de la Vida.

domingo, 1 de enero de 2012

Dos mil doce

Bisiesto y olímpico se presenta el Año Nuevo del que estamos a punto de consumir el primer día. Ya le queda casi lo mismo que nos duró 2011. Doce uvas guiado por el reloj del kilómetro cero, reloj de indignaciones, reloj de medianoches, Puerta del Sol en doce campanadas. Misa catedralicia, comida familiar y la marcha Radetzky para despedir la tarde. Reencuentros y conversaciones, divergencias y confianzas. Primer acto de un año de cambios vitales, sobre todo uno, el matrimonio que celebraremos María Teresa y yo, Dios mediante, el 22 de septiembre. Antes habré dejado la secretaría de la Vera Cruz, después de siete años, y habré completado el período de especialización en Medicina Familiar y Comunitaria, tras cuatro años en Zamora. Vertiginoso 2012, que recibo con esperanza renovada, con esperanza siempre viva, con esperanza cristiana.