miércoles, 19 de junio de 2013

Fue bonito mientras duró

Fue realmente hermosa la historia que acabó ayer. Triste tantas tardes, amargas tantas derrotas, pero siempre bella la emoción suscitada por unos colores y unas siglas que no dejaron nunca de sonarme a la infancia, nuestra patria más verdadera. Desde mi primera visita al Helmántico en 1989, mi primera colección de cromos con el escudo de la Unión en la última página del álbum y aquel primer descenso de 1991 que sufrí desde Carrión. Hasta los noventa segundos de ayer, noventa segundos de silencio y noventa de aplausos, reunidos unos cuantos unionistas, entre buenos amigos, ante el atrasado reloj del Ayuntamiento. Se nos murió la Unión con estadio propio, con unas condiciones de pago de la deuda que para sí quisiera cualquier hijo de vecino y con la indeseable idea en el ambiente de usurpar su historia, su identidad, ¿su emoción? Se nos murió la causa de que los lunes saliera a toda prisa de la clase en Carrión, porque mamá me habría comprado el "Marca" para poder leer algo más que el resultado de la Unión contra el Endesa As Pontes o el Mosconia, pues otra cosa no decían en la radio nacional. Me valía ver la alineación, quién había marcado los goles y en qué minutos. Se nos murió el objeto de la primera gestión que hicimos al venir a Salamanca, casi antes que matricularnos en el colegio: abonarnos a la Unión, para ir cada quince días al Helmántico, y no sólo en ferias o en navidades. Se nos murió pero le damos gracias, porque fue hermoso dedicar a la Unión los domingos por la tarde, subir el volumen del transistor cuando el locutor cantaba sus goles lejos de casa o preparar la manta cuando se trataba de pasar frío en la fila 23 de nuestro querido estadio. Se nos murió, pero siempre llevaremos en el corazón los viajes tras sus pasos: a Valladolid, a Zamora, a Santander, a Burgos, a Valdebebas, a Legánes que fue mi última escapada (en la foto). Se nos murió, pero siempre conservaremos el recuerdo nítido que se merecen los ídolos de la infancia. HALA UNIÓN, grita Salamanca. HALA UNIÓN, grita el corazón...