viernes, 8 de abril de 2011

Mater Dolorosa

Una semana, después de más de cincuenta y dos esperando. Una semana y a la calle, para compartir fuera lo vivido dentro. Consecuencia, que no causa. Medio, que no fin. Complemento, que no fundamento. Nueve pregones sencillos, sucesión de avemarías y rosario doloroso de gozosos reencuentros. Nueve preludios breves, contenidos, un punto ansiosos y desbordantes de ilusión. Nueve salves a la que es vida, dulzura y esperanza nuestra. Nueve días, siete espadas y doce estrellas en su corona de Reina de las vísperas, allí donde la Cruz es prueba de fidelidad y testimonio creíble de entrega generosa. Fiat.

2 comentarios:

  1. Devoción familiar por excelencia. Cita obligada para mi padre, poseedor de una fe inquebrantable hacia la Virgen de los Dolores desde que era un niño.
    Ahí estaremos alguna tarde de novena para acompañar a la Virgen.
    Saludos.

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  2. Devoción salmantinísima. Nos vemos junto a Ella. Un beso.

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