Tres palabras que escuché hace unos días, cuando alguien contó que yo frecuentaba estos parajes y supe que, si volvía a ellos, sería así, en vigilia, acunado en el sueño aplazado hasta mejor ocasión. ¿Volvería? Quizá, dentro de un tiempo, ya veremos... Vuelvo. Emocionado y despierto, alegre y animado por el justo equilibrio entre un círculo blanco y los brazos rotundos de una cruz, extendiéndose en abrazo amplio y plural, atrayendo hacia sí a corazones a menudo inquietos, sobrecogidos, necesitados de aquel Corazón que late y bombea por siempre y por todos.
Precioso el nombre, Tomás. Me alegro mucho. Será parada y fonda obligatoria a lo largo de nuestros días.
ResponderEliminarUn abrazo.
La querencia es la querencia. Esta última noche ha terminado por animarme. Hasta pronto, amigo Alberto.
ResponderEliminarExcelente Tomás. ¡Le dan ganas a uno de volver a escribir en la blogosfera! Me gusta la catarsis que has hecho con el blog. Leerte es siempre un placer.
ResponderEliminarUn abrazo
El placer es mutuo, Raúl. Otro abrazo de vuelta.
ResponderEliminarQué alegría leerte otra vez por aquí!
ResponderEliminarTe seguiré encantado!
un abrazo
¿Y yo a ti? Anímate a contarnos la experiencia italiana.
ResponderEliminar¡¡¡Qué bueno volverte a leer!! Espero con avidez tus palabras. Un beso.
ResponderEliminarOtro, CNTRPLT. Ya me tienes de nuevo por aquí.
ResponderEliminarHola, Tomás! Me alegra mucho que vuelvas a escribir y a escribirnos, tienes un don especial para conmover y hacer sentir. Y me alegra haber tenido parte en suscitarlo de nuevo. Nos mantendremos despiertos para amar y leerte y trataremos d seguir amando y amándoLe aun cuando nos durmamos a veces.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y mi respeto, cariño, agradecimiento y bendición.
Sabes que el cariño y la gratitud son mutuos. Acojo dichoso tu bendición.
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