domingo, 1 de enero de 2012

Dos mil doce

Bisiesto y olímpico se presenta el Año Nuevo del que estamos a punto de consumir el primer día. Ya le queda casi lo mismo que nos duró 2011. Doce uvas guiado por el reloj del kilómetro cero, reloj de indignaciones, reloj de medianoches, Puerta del Sol en doce campanadas. Misa catedralicia, comida familiar y la marcha Radetzky para despedir la tarde. Reencuentros y conversaciones, divergencias y confianzas. Primer acto de un año de cambios vitales, sobre todo uno, el matrimonio que celebraremos María Teresa y yo, Dios mediante, el 22 de septiembre. Antes habré dejado la secretaría de la Vera Cruz, después de siete años, y habré completado el período de especialización en Medicina Familiar y Comunitaria, tras cuatro años en Zamora. Vertiginoso 2012, que recibo con esperanza renovada, con esperanza siempre viva, con esperanza cristiana.

4 comentarios:

  1. Anónimo2.1.12

    Sí, se avecinan cambios apasionantes que nos unirán más aún, sí cabe. Te doy la enhorabuena, de antemano, por tú brillante MIR (se dice, se comenta...) así como por tú incansable y entregada labor como secretario. Eres el orgullo de los que te queremos.

    Un beso. MARÍA TERESA.(cntrplt)

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  2. Anónimo2.1.12

    Enhorabuena Tomás por tu brillante MIR y por el casamiento con María Teresa, te deseo lo mejor para este 2012. Gracias por tu entregada labor como secretario de la Cofradía que pena que te vayas del cargo ya te había cogido cariño.Suerte en todo

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  3. Con todo por delante, sin mirar atrás, Lucano, disfruta de este 2012, de sus 366 días con nombre, de los que más de uno quedará para siempre en el cajón de las cosas importantes.
    Feliz Año (te/os lo volveré a decir el 22 de septiembre). Porque tiene razón cntrplt, eres orgullo de los que te queremos.
    Cordialmente,
    Félix

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