
Una semana, después de más de cincuenta y dos esperando. Una semana y a la calle, para compartir fuera lo vivido dentro. Consecuencia, que no causa. Medio, que no fin. Complemento, que no fundamento. Nueve pregones sencillos, sucesión de avemarías y rosario doloroso de gozosos reencuentros. Nueve preludios breves, contenidos, un punto ansiosos y desbordantes de ilusión. Nueve salves a la que es vida, dulzura y esperanza nuestra. Nueve días, siete espadas y doce estrellas en su corona de Reina de las vísperas, allí donde la Cruz es prueba de fidelidad y testimonio creíble de entrega generosa.
Fiat.