Doce horas. Cuatro avisos. Dos urgencias que un médico de primaria podría haber resuelto, como la tercera, que resuelta estaba cuando llegamos a Moraleja. Las Emergencias, cifradas en tres dígitos, son una necesidad a cubrir y un servicio que cuidar. Dentro de la ambulancia, poco espacio y menos tiempo, mucha vista y más tacto. Precisión y decisión. Prisas y calma. Otra Medicina.
Pues todo ello, mucho ánimo. Mucha paciencia y si alguna vez llegas al borde de una vida, acierto y luz.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Gracias!
ResponderEliminarAprovecha y disfruta la experiencia, que no te veo yo en esa rutina de estrés y carreras.
ResponderEliminarCordialmente,
Félix
Félix, en Zamora es un contraste aún más claro: horas de sofá leyendo, soportando la tele, medio dormitando... y de repente, sirena y acelerador. En efecto, yo también me veo más de bata blanca que de chaleco rojo, pero a menudo a los de bata blanca les sorprende la emergencia, y cuanto menos sorpresa sea, mejor.
ResponderEliminarDoce horas. Cuatro... y un paciente que mandaste a la U.C.I: el ordenador. Besos.
ResponderEliminarPero ya se va poniendo mejor, pronóstico menos grave. Sus infecciones me pierden. Besos.
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